Finalizando el curso una de mis alumnas más entrañables, entre otras cosas era como nuestra abuela, porque es mayor y además de contarnos sus experiencias, nos traía chuches todas las tardes; así que nos hacía las tardes más dulces. Bueno, pues me pidió que le hiciera un tocado para ser la madrina de boda de su hijo. Aquí tenéis el resultado
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